Temita controvertido en nuestro sector, es realmente uno de estos que no quieres que te venga un problemón encima la mesa cuando te llaman por una no conformidad de corrosión.
A continuación, te explicaré de manera resumida el catastrófico impacto que puede llegar a tener la corrosión galvánica con un ejemplo basado en hechos verídicos:
En 1763, la fragata inglesa llamada “Alarm” sufrió las consecuencias de la corrosión galvánica. El caso es que decidieron realizar un revestimiento de cobre sobre la nave para proteger el casco de madera contra gusanos marinos y percebe. El problema radica en que adhirieron el revestimiento de cobre usando clavos de hierro. Por la diferencia de potencial de estos dos elementos, y la aparición del electrólito (agua salada), se formó una corrosión galvánica que puso en peligro la funcionalidad de la nave, la integridad estructural y por ende la seguridad de la tripulación a bordo.
¿Qué es la corrosión galvánica?
En este post vamos a comentar la corrosión galvánica, un fenómeno electroquímico, el cual si no se tiene en cuenta puede llegar a causar grandes consecuencias en la durabilidad y rendimiento de los materiales metálicos. Se lo puede cargar todo y simplemente por la mala selección de los metales en contacto entre ellos.
¿Cómo se produce?
Se deberán de cumplir las siguientes condiciones:
- Contacto directo de metales diferentes (por ejemplo, el acero al carbono y el acero inoxidable)
- Presencia de un electrólito (la humedad, un ambiente corrosivo, el agua marina son ejemplos de ellos)
- Circuito eléctrico cerrado (conexión física o eléctrica entre los metales). ¡Cuidaooo! no significa que este enchufado a la electricidad la tubería, simplemente un contacto entre metales ya la lía.
Entonces, ¿Qué factores influyen a que se de la corrosión galvánica?
- Compatibilidad de metales: Básicamente, en este apartado hay que centrarse en el potencial. Es decir, cuanto mayor sea la diferencia de potenciales, más posibilidades habrá de que se dé la corrosión galvánica. Pero no te preocupes de esta parte hemos diseñado una herramienta muy fácil de usar, lo vemos más adelante.
- Área de superficie: Si el ánodo, que es la parte que se corroe, tiene una superficie pequeña en comparación con la del cátodo, la corrosión será más rápida. Es decir, si tienes dos piezas de metales diferentes, una más pequeña y una más grande, se corroe más rápido la pieza pequeña debido a que la corrosión se concentra en esa área pequeña en vez de distribuirse en la pieza grande.
- Electrólito: Un electrólito, es como una enzima que acelera una reacción química o bioquímica, es decir, la presencia de este influye de manera severa en la corrosión galvánica. Un ejemplo de un electrólito puede ser el agua salada, una planta cerca del mar, una instalación en una zona húmeda o al aire libre expuesta a la lluvia…
Por tanto, como se ha podido observar a lo largo de esta explicación, la corrosión galvánica tiene una gran relevancia en las industrias que estén en contacto con electrólitos como el agua de mar, como puede ser industrias de construcción naval, desalinizadoras, EDAR y cualquier planta que se encuentre cerca de ambientes donde se encuentre agua salada.
Pero vamos a la parte interesante…
¿Se producirá corrosión galvánica si mezclo diferentes tipos de materiales?
A continuación, dejamos a vuestro servicio un sistema que permite saber de manera precisa si la unión de esos materiales acabará resultando en corrosión galvánica, o si, por el contrario, te puedes olvidar de este problema.
En Redfluid, disponemos de una gran variedad de materiales en prácticamente todo lo que estés buscando relacionado con fittings y válvulas, ya sea de baja o alta presión (sector en el que somos especialistas).
Espero que haya quedado todo bastante más claro, y ya sabéis, cualquier consulta que tengáis os podéis poner en contacto con nosotros para que os la podamos aclarar 🙂